Omnívoros, flexitarianos, vegetarianos… ¿Quiénes son más proclives a consumir carne cultivada?

Noticia via Bio.Tech.Food.

Las nuevas tendencias que se observan en los consumidores van en la dirección de una mayor preocupación por la sostenibilidad medioambiental y por el bienestar animal. La mayoría de la población mundial sigue comiendo carne, aunque el número de personas que reducen o eliminan su consumo sigue creciendo paulatinamente, sobre todo entre las generaciones más jóvenes.

Actualmente, se estima que entre el 2 y el 7% de la población lleva una dieta vegetariana, pescetariana (sí comen pescado) o vegana. Asimismo, se observa también una tendencia creciente entre personas que han reducido su consumo de carne, aunque la comen de vez en cuando, los llamados flexitarianos, que podrían llegar al 16% de la población y siguen sumando adeptos. Este grupo de población puede estar especialmente interesado en las proteínas alternativas y la carne cultivada.

Auge del flexitarianismo

Esta modalidad basa la alimentación en un consumo principal de productos de origen vegetal, pero incluyendo de manera ocasional alimentos de proteína animal. El cuidado de la salud, la el respeto por el medio ambiente y la concienciación sobre el bienestar animal son las principales motivaciones que llevan a un consumidor a adoptar este patrón dietético.

Este grupo de personas suele ser eminentemente vegetariano, aunque son flexibles a la hora de “saltarse la norma”, por ejemplo si comen fuera de casa o comparten comida con otro grupo de gente, o simplemente si les apetece comer algo de carne o pescado de manera esporádica. Este espíritu más flexible es lo que anima a muchas personas, que si bien estaban preocupadas por cuestiones medioambientales o de bienestar animal, no se lanzaban a dar el paso de prescindir totalmente del consumo de productos cárnicos.

Este grupo se ha mostrado, además, dispuesto a incluir la carne cultivada en su cesta de la compra cuando sea posible, según un estudio de la consultora Lantern. De hecho, el estudio señala que un 56% de los consumidores veggies (incluyendo vegetarianos y veganos) se muestra partidario de adquirir este tipo de alimento cárnico, que permite el consumo de carne sin sacrificio animal. Este porcentaje aumenta hasta el 66% cuando hablamos de personas más jóvenes (18 a 24 años), incluyendo también a los omnívoros en esta franja de edad.

Una opción para todos

La carne cultivada se presenta como una opción transversal, capaz de responder a las inquietudes de casi todos los consumidores, tanto de aquellos que no renuncian a la carne y quieren disfrutar de sus propiedades nutritivas, de su sabor y de su cultura gastronómica y dietética o de aquellos atraídos por lo novedoso, como de las personas que eligen lo que comen en función de otras variables éticas y razones personales.

Un estudio de The Good Food Institute Europe, encontró que más de la mitad de los consumidores europeos (encuesta realizada en 2022 en España, Francia, Alemania e Italia) afirman haber reducido su consumo de carne convencional, y más de la mitad de los consumidores estaban dispuestos a comprar carne cultivada. Por otro lado, en el informe Power of Meat 2022 de FMI, un 29% de los consumidores carnívoros encuestados respondieron que estaban dispuestos a probar carne cultivada y un 31% de mantenía neutral.

Es preciso señalar que estos estudios se están realizando en una fase previa a la llegada a los mercados de la carne cultivada y que están marcados por un importante desconocimiento por parte del consumidor de lo que es la carne cultivada. Es previsible que, que a medida que los productos lleguen al mercado y más consumidores se familiaricen con el concepto y la experiencia de comer carne cultivada, el porcentaje de personas que quieran probarla aumente considerablemente.

En cualquier caso, los diversos estudios realizados en varios países parecen coincidir en que será la gente más joven, como en otros muchos sectores, la que esté más dispuesta a incorporar el consumo de carne cultivada en etapas tempranas y que esta sea más popular entre omnívoros y flexitarianos, aunque las motivaciones éticas y medioambientales relacionadas con la carne cultivada podrían mover también a los vegetarianos, a pesar de su primera reacción emocional de rechazo por la carne en general.